El hombre, el amante de mis sueños, una nueva especie… Único
en su linaje…
Comenzamos el contacto por casualidades de la vida, y por
casualidades de la vida no logramos entendernos, entes de diferentes
frecuencias, opuestas lenguas pero compartiendo una cabeza fantasiosa,
sideral.
A pesar de las dificultades, a pesar que nuestras voces no
logran comprenderse, nuestras energías se conectan instantáneamente… Tu mirada,
tu sonrisa, tu olor que no logro quitar, se impregnan cada vez más en mi ser,
esa amabilidad, tranquilidad, control que me transmites me desconciertan. Me
encuentro sola entre las sombras, seducida y atrapada por tu esencia, la pasión
y el desenfreno me ciegan, me desatan y tú, tan relajado, tan dulce, siempre
manteniendo la paz, conteniéndome para no manchar esta bella situación… El agua
serena envuelve y protege la llama de fuego arrebatado.
Quiero besarte, quiero tocarte, quiero sentir hasta el
último detalle de tu ser, quiero todo lo imaginable y mas allá, mas allá de los
limites, de lo existente, transformar una noche carnal en una especie de big
bang espiritual… pero no, las circunstancias son peligrosas y usted caballero
cauteloso conserva la calma y la prudencia hasta el último minuto oprimiendo
mis impulsos hasta un punto que ya no soy yo, no soy mortal, soy poseída por un
demonio mal intencionado, egoísta, que anhela hacerte pecar… luchando en mi
interior entre el deber y el afán, la obsesión por tu existencia.
No logro concebir que este breve encuentro ya este próximo a
su fin, repleto de deudas, ambiciones, infinidades de pendientes. Te toco, te
miro, palpo tu boca y tú la mía, me la imagino, siento tu rostro, tu cuello, tu
pelo, te acaricio y te tiento, tu mi pecho, mi corazón, mis manos, percibiendo
mi descontrol, amortiguando mi desespero, calmando a la pequeña niña en plena
pataleta, despidiéndote con bondad, relajo, con una calma sonrisa, como si
pronto, algún día, volviéramos a vernos y continuemos esta historia, a pesar de
la distancia, los kilómetros, el espacio.
Nunca olvidare cuando me decías que nunca una mujer te había
mirado así, que lograba transmitirte mis sentimientos del momento, que
observaste muchas veces esa foto, que te gustaba mi cuerpo compartiendo conmigo
el arte de ese pintor francés, comparando sus obras conmigo… embelesando mi
mente cada vez más.
Y me voy y lo logro, logro finalmente, arrebatarte un beso,
ese tierno beso, rozando levemente nuestros labios, un único y quizás el último
beso.
Te veo luego, viajero, soñador, la persona perfecta en la distancia equivocada,
amado extraño...