Iguales figuras, hermosas una con otra como ninguna,
talladas como piedras preciosas, delicadas, cristalinas. Aterciopeladas
blancas te cegan los sentidos, te encienden la sangre,
pasión directa a las venas, lujuria incesante que surge de tu interior...
idénticas y perfectas ninfas de sensaciones fabulosas, deseandose,
probándose, poseyendo sus almas con cada caricia y suspiro incandescente. Amor femenino inexplicable, superando los tabúes de la vida, historia perfecta...

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