Despertando de días iguales, idénticos.
los mismos aires, suspiros y horizontes,
bebiendo las mismas aguas y conversaciones,
revolcándome en los jardines y pastos de ayer y antenoche.
meditando en mi boca palabras añejas y deseos podridos.
observando el tiritar de mis manos cuales alucinan por acariciar, crear, palpar, golpear, rozar, sobrepasar, moverse o estar quietas cuando se les apetezca.
mi esqueleto oxidado por el tiempo, apenas de signos de movimiento, cansado, agotado yace aquí en este frió y lúgubre lugar, esperando a mi ultima vitalidad pronta.
ya no queda nada, nada porque seguir, después de haber soportado tanto,
y no aprovechado nada, aparezco en el día de mi termino,
arrepintiéndome de cada día que no fui feliz y fui yo misma.
reservando los boletos al
sueño eterno, contando las horas faltantes a mi viaje, añorando todos los momentos preciados en mi baúl de recuerdos y tesoros, viendo toda mi vida pasar en cuestión de segundos, reviviendo cada etapa nuevamente, emocionada, apunto de rompen en llanto, ya sin todos esos seres que influyeron en mi andar, alejada de ese amor eterno que me estará esperando quizás donde, es el final, no sirven los arrepentimientos,
acabo mi largo camino, lentamente desfallezco entre cuatro paredes negras, ya no veo nada, miedo siento, temor que me consume...
ya no mas, solo tranquilidad, una pura ráfaga de paz me invade con su manto de luz cósmico, me envuelven, ignoro mi próximo parar, solo se que
ya fue mi momento...
Sueño eterno, ultimo momento.
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