“Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el
interior del avión”.
Las turbulencias cesan finalmente. Continúo mi
lectura…
Observo de reojo
una brillante lapicera deambulando hasta mí.
Apresurándome a recogerlo, una mano se cruza
torpemente; elevo la mirada y allí yace; sujeto alto, barba descuidada, mirada intensa,
donde me extravió, entre ojos grises como lunas.
Sonriendo coquetamente, se marcha.
Camino al tocador, embobada.
Sorpresa me llevo al encontrarle allí. Por un
momento observándome, toma mis manos, dirigiéndome hacia su boca, besa hasta
mis pensamientos…
Me acaricia la mejilla y desaparece.
Rescatándome de la monotonía y la frialdad del día a día, espero volver a hallarte mi discreto
héroe de fantasías…
Fantasioso, parece un pequeño poema en prosa.
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